Después de dos años de investigaciones, el INE determinó que el PRI, por medio de uno de sus hijos pródigos César Duarte, desvió dinero de sueldos de trabajadores a sus arcas partidistas, para financiar campañas políticas.
Probablemente conoce a alguien que trabajó durante esa administración, en distintos departamentos. La burocracia ocupa un espacio grande en el ámbito laboral de esta ciudad, debido a que las oficinas de gobierno se concentran en su mayoría aquí.
Ahora que el INE dijo que sí se desviaron por lo menos 14 millones de pesos (que de paso me parece poco, comparado con el tamaño de la burocracia y los demás desfalcos al erario que se han comprobado en los últimos meses), y la multa es el 250% de esa cantidad, para que, en pocas palabras, de verdad les duela.
Javier Corral ni tardo ni perezoso salió a aplaudir la medida, que sin duda es festejable. Es un daño que se hizo, ya no digamos al dinero de todos, si no al dinero de trabajadores. En ese caso específico, los afectados tienen nombre y apellido y una parte de ellos aún acuden a las oficinas de gobierno todos los días a trabajar. Sin embargo, la ley electoral dicta que ese dinero que se cobre de multa irá a parar al Instituto de Innovación y Desarrollo Tecnológico del Estado de Chihuahua. Así como lo oye, a pesar de que el PRI “devolverá” el dinero con creces, ni un peso de esa morralla irá a parar a los bolsillos de a quienes les fue arrebatado.
Ni hablar, nadie sabe para quién trabaja.
Escríbame a hola@davidadriangarcia.com
O en twitter @DavidAdrianGM
Escribe tu comentario